5 claves para ser un empleado eficiente

La importancia de emprender grandes retos, tomar riesgos y el coraje de iniciar proyectos. En pocas palabras, es el impulso emprendedor del ser humano. No obstante, también es relevante ser un empleado excelente. Un colaborador eficiente.

Ser empleado no es una maldición ni un defecto. Creo que sólo puede serlo cuando no disfrutamos lo que hacemos o cuando lo hacemos por simple inercia, sin dejar algo de nuestras neuronas en el proceso. El verdadero reto de un colaborador es convertirse en una persona con un nivel de ejecución excelente, pues en realidad todo empleado es un vendedor, pues si no convence a su jefe de que su trabajo es valioso, su final se acerca.

Han quedado atrás los tiempos en los que la mayoría desarrollaba su vida profesional en una sola empresa y en un mismo puesto o área. Ahora vemos que los trabajadores cambian de empleo con mayor frecuencia. Incluso dentro de una misma organización se espera que una persona pueda participar en diferentes proyectos simultáneamente, rindiendo cuentas o exigiéndolas a diferentes personas en cada uno de ellos. Por donde van pasando deben adquirir experiencia y agregar valor.

El perfil del empleado ideal exige ahora competencias y actitudes específicas que si no las desarrolla rotará constantemente de trabajo. No porque las diferentes compañías se peleen por él, sino porque desean deshacerse de sus servicios.

Rafael Ayala, Director General de la consultora mexicana Efectividad Humana, nos brinda algunos puntos importantes que todo empleado debe tomar en cuenta para convertirse en una fuente de valor para su organización:

1. Capacitarse y autocapacitarse
Los tiempos actuales requieren que todo profesional se encuentre en constante actualización. El desarrollo tecnológico ha facilitado de tal manera la generación de tantos avances y conocimiento que quien no se mantenga a la vanguardia y aprendiendo estará fuera de mercado en menos de lo que imagina.

2. Saber relacionarse
Ahora más que nunca los trabajadores requieren desarrollar sus habilidades relacionales, pues muchas de sus funciones y responsabilidades se tratan justo de lograr resultados a través de otras personas. Esto implica un alto manejo de destrezas para comunicarse y tratar con los demás.

3. Olvidarse del horario
¿De qué sirve que una persona pase ocho o más horas en una oficina si no da los resultados o resuelve lo que debe atender? Las funciones profesionales actuales se realizan cada vez más desde lugares remotos, ya sea la oficina de un cliente, nuestra casa, un avión, un camión o diferentes lugares dentro de la empresa. En estos casos el horario no es lo importante sino el desempeño y los resultados obtenidos.

4. Pensar como jefe y como cliente

El empleado que sólo piensa como tal, no prosperará. Necesitamos analizar nuestro desempeño y decisiones desde la perspectiva de nuestros clientes internos y externos. Un colaborador que piensa y actúa con base en perspectivas de jefe y cliente pronto encontrará el éxito dentro de su organización.

5. Tener sentido de urgencia
Postergar es una de las actividades que más suelen dañar el desempeño de una empresa. Para evitar postergar es importante tomar decisiones sobre lo que tenemos facultad. Evitar citar a reuniones para todo e intentar resolver lo más posible en charlas uno a uno con las personas adecuadas. Las reuniones sólo deberían realizarse cuando es indispensable contar con las aportaciones de personas de diferentes áreas o niveles de la empresa.

Además de estos cinco puntos, los resultados y el buen desempeño son los factores clave para convencer a nuestros colaboradores, clientes y jefes, de que contar con nuestro trabajo.

Fuente: Gestiopolis

Tips para orientar a los nuevos empleados

Para orientar a los nuevos empleados durante sus primeros días en la empresa es un paso importante para gerenciar correctamente. Así lo hacen las mejores organizaciones en sus procesos de selección y formación. No hay diferencia entre una Pyme, multinacional o una institución pública.

Lo esencial es contar con un plan o sistema para asegurar que a los nuevos empleados se les muestre de forma adecuada la cultura organizacional y tienen la oportunidad de aprender las políticas y procedimientos más importantes de la empresa.

Un ejemplo para ello es entregar un dossier institucional de la organización. Asimismo lo ideal sería también preparar un curso de capacitación durante varios días, con un especialista (coach) que pueda despejar dudas-

A continuación les brindamos algunos pasos que recomendamos que siga al interactuar con los nuevos miembros de una organización:
  1. Dele la bienvenida al nuevo empleado a la compañía. Comparta con ellos la historia de la empresa, el tipo de negocio, así como la misión, visión y valores.
  2. Explique la estructura organizacional de la empresa. Empezando por exponer quién es el dueño, como está integrado el grupo de accionistas,  el organigrama y qué función cumple cada dirección, departamento o área.
  3. Exponga las políticas corporativas, el código de ética, las normas de conducta, el compromiso con la Responsabilidad Social Empresarial (RSE),  horarios de trabajo, uso de espacios comunes, entre otros puntos importantes.
  4. Explique bien sobre sus puestos de trabajo para asegurarse que los nuevos empleados entiendan cuáles son sus responsabilidades a partir de ahora.
  5. Haga saber a los nuevos empleados a quienes pueden dirigirse por cualquier pregunta o duda. Siempre es conveniente que el encargado del curso de inducción hable uno por uno con cada empleado. Si no fuera posible, confirme que el supervisor tendrá una conversación individual para despejar las consultas.
  6. Llévelos a recorrer personalmente las instalaciones de la oficina o asigne a alguna persona para que lo haga.
Muchas organizaciones organizan un curso de inducción, en el cual 1 o 2 directivos puedan conversar o desayunar con los nuevos empleados de manera informal para conocerse. De preferencia que sea el Director de Recursos Humanos.

Fuente: Losrecursoshumanos.com

Consejos para ser perseverante

En todo inicio de año la mayoría de persona se traza metas y objetivos. Al principio se trabaja con ilusión cuando te pones en marcha. No obstante, se te va el entusiasmo a medio camino y te desanimas, lo cual duro un par de meses. Ante ello, podría aplicarse en otros momentos o situaciones ¿Cuál sería tu caso?

La persona que alcanza sus objetivos tiene la suerte de ser perseverante. Cuando uno se le meta algo en la cabeza y no termina hasta conseguirlo, o darte cuenta que ello no lo podrás alcanzar y lo dejas en el camino ¿Cuál es la diferencia? El asunto es buscar la solución.

La respuesta reside en conseguir lo que quieres. Diferencia muy bien los objetivos que has conseguido y aquellos que quedaron en el camino para darte cuenta finalmente si fueron lo que realmente anhelaste. Párate un momento a pensar en todas las cosas que conseguido, las que te has propuesto y acabado.

Aída Baida Gil, consejera de superación personal, te recomienda algunos puntos para conseguir tus objetivos y mejorar así la perseverancia:
  • Establece objetivos SMART. Que sean específicos, realistas, con fecha límite y que puedas medir, que sepas cuando lo has conseguido.
  • Divide tus objetivos en pequeños pasos para que sean más fáciles de realizar. De preferencias que los más difíciles sean primero. Establece que días vas a necesitas, el lugar ideal donde realizarlos y las herramientas que requieras.
  • ‘Sacarle el jugo’ al tiempo. Prioriza lo fundamental. Reserva el tiempo para lo que necesites. Por ejemplo tratar que los jueves sean los días de reunión con tus colegas de oficina luego del trabajo. Si habrán excepciones, pero serán pocas.
  • Encuentra tu motivación. Cuando comienzas un proyecto siempre genera un empuje especial. Debes tener muy claras las cosas que te motivan para que apliques en tu objetivo. Empieza por tener una razón importante para llevar a cabo el propósito.
  • Celebra cada resultado por pequeño que fuera. Alégrate por lo duro que estás trabajando y por los resultados que obtienes por tu esfuerzo. Siempre darse un aliento de apoyo o ayuda es propicio para ser perseverante.
  • Ten en cuenta que lo que sientes tiene un impacto directo en lo que puedes hacer, así que es importante que te encargues de sentirte bien, porque entonces tendrás más ánimo y motivación para seguir adelante. Rodéate de gente que te anime y lee o escucha música que te inspire.
Por último, hacemos una mención especial al coach internacional Tony Robbins, quien dice que el ciclo de la perseverancia comienza en creer en ti mismo, junto con tu potencial, acción y resultados. Tenlo en cuenta en lo laboral y familiar.

Fuente: Gestiopolis

¿Cómo tratar con tu jefe?

Si tu objetivo es ascender en la empresa que trabajas o buscas conservar tu actual empleo, incluso si estas buscando nuevos aires, la relación con tu superior directo es vital para conseguir lo que anhelas.

Mientras más productiva y positiva sea tu conexión con tu jefe dependerá tus expectativas salariales, oportunidades de crecimiento y tranquilidad emocional. Tu supervisor será importante también si deja de serlo, ya que otros le consultarán sobre ti.

Alberto Ramírez Bastias, asesor de Desarrollo de Negocios y Estrategias Comerciales, propuso algunas recomendaciones orientadas para cuidar y mejorar dicha relación:

Objetivos y expectativas: El punto más importante de la relación con tu jefe son las expectativas con respecto a tus labores, tareas, objetivos, y plazos. Procura que lo que tu superior espera de ti esté siempre claro, definido y entendido a cabalidad por ambas partes. Un ejemplo ideal es una descripción de tu cargo o un documento con objetivos, recursos y plazos.

Buscar ayuda de tu jefe, pero no con frecuencia: Solicitar ayuda a tu jefe es para buscar consejo y guía. Es una buena actitud porque demuestra que te esfuerzas, tiene voluntad de aprender y desarrollarte, y valoras el aporte de tu superior. No obstante, todo tiene un límite. Si tus solicitudes son muy repetitivas, se podría interpretar que no tienes las habilidades y destrezas necesarias para el cargo que desempeñas.

Mantén comunicación frecuente con tu jefe: Las noticias positivas podrían también convertirse en sorpresas desagradables si no has tenido comunicación con tu jefe. Informa con prudente frecuencias sobre las novedades. Si es positivo, permite a tu jefe tomar el crédito. Si es negativo, no lo escondas. Presenta los hechos como son y comunica un plan de acción para revertir las consecuencias.

Evita la inexactitud: Si desconoces la respuesta, no debes inventar. Si no tienes la información, no simules tenerla. Lo mejor es tener todo correcto y preciso tras investigar. Para ganar la fama de confiable toma tiempo. Dejar de serlo toma segundos. Uno que ya no es confiable nunca volverá a serlo.

Colabora con tu jefe: Es muy apreciado que el colaborador ayude más de lo exigido para hacer las cosas más llevaderas. Aprovecha el contacto con tu jefe, entérate de sus obligaciones, desafíos y tareas que te involucre. Ofrece tu colaboración discreta, sin parecer impertinente. Mostrarte como un colaborador sincero.

No opaques a tu superior: No pienses que mostrándote muy talentoso conquistarás a tu jefe. Podrías provocar grandes problemas. Todos padecemos de inseguridad. Has que tu supervisor sienta que controla la situación, porque si no podría pensar que eres una amenaza o incluso un enemigo. Cuida tu propia vanidad. Aprende a ser discreto, confiable pero sin brillar más de lo necesario.

Siempre tranquilo: No debes reaccionar a la defensiva ante las críticas. Si recibes alguna disconformidad de tu jefe, evita el golpe. Siempre mantente tranquilo, sereno, pero no te defiendas inmediatamente tras recibir el revés, así sea muy injusta porque podrías aumentar la tensión. Propone que tú te encargarás de resolver el problema y hazlo. Espera la oportunidad que siempre habrá el momento para corregir las cosas con calma.

Fuente: Gestiopolis.com