La gestión del tiempo

Gestionar el tiempo es una prioridad para todo trabajador. Es una de las principales tareas y, a su vez, la más complicada. Si tenemos en cuenta que la vida no es más que tiempo, el trabajo sería la gestión eficaz de dicho tiempo.

Existen distintas maneras de cómo gestionar de forma efectiva tu tiempo. Estos pasos deberás seguir para conseguirlo:
  • No juegues: Si tu herramienta de trabajo es una computadora, instala sólo software necesario para trabajar porque otros programas harían ‘pesado’ tu labor.
  • Desconéctate: En vez de estar al tanto de tus redes sociales, blogs, feeds, etc., desconéctate de todo y sigue tu trabajo.
  • Aíslate: Cuando de verdad necesites concentrarte, deja claro que no te deben molestar.
  • Separa el trabajo y la familia: Dedica tiempos determinados a cada asunto y asegúrate de que trabajas por lo menos ocho horas al día. Si has perdido dos horas en la mañana por un tema familiar, debes recuperarlas ese mismo día.
  • Haz lista de prioridades: No necesitas herramientas tan complicadas para ello. Un simple bloc de notas puede servir. De lo que se trata es de tener claras las cosas que tienes por hacer, por lo que no tendrías ningún desajuste al momento de tener que dejar tu labor diaria.
  • Ponte límites: Toda función, por muy pesada o difícil que sea, debe tener una fecha límite, sino siempre acabarás retrasando lo que no te gusta. Hay que hacer todo en su determinado momento.
  • Comienza a hacerlo: Si pese a todo hay tareas que no eres capaz de abordar, márcate como meta dedicar solo cinco minutos a ellas. Si luego no puedes seguir, al menos habrás hecho el esfuerzo. Pero es probable que descubras que no es tan complicado y podrías esforzarte para llegar al final.
  • Planifica: Fíjate un objetivo para cada día y revisa lo que propusiste anteriormente. Si hay mucha diferencia, piensa en que debes cambiar de objetivo.
  • Registra: Debes registrar cuanto tiempo te ocupa cada tarea para poder establecer expectativas reales de tiempo con respecto a tus objetivos de corto, mediano y largo plazo.
  • Delega: Si hay tareas que te resultan complicadas de realizar, delega a un profesional o colega dicha función. Aunque podría costar económicamente, se te verá compensado en el lado psicológico y mental para no ‘quemarte’ en tareas odiosas. Así dedicarás más tiempo a lo que hará crecer y progresar a tu organización.
¿Y tú como gestionas tu tiempo?
Fuente: Apuntesgestion.com

Buen clima laboral = Buena productividad

La satisfacción y retención de los empleados es uno de los principales problemas de los CEOs y departamentos de Recursos Humanos de las empresas. Saben que un ambiente laboral alegre, sumado a una cultura organizacional que promueve el sentimiento de pertenencia y el compromiso de sus integrantes es una fuerte ventaja competitiva.

Los tiempos cambian. La sociedad y sus necesidades también. Las empresas competitivas buscan gestionar el capital intelectual. Un componente vital es el clima organizacional, fruto de la relación de la empresa con sus empleados diariamente, así como la gestión de normas internas, comunicación interna, capacitación según necesidades, retribución por desempeño y sus respectivos beneficios, entre otros.

Según Litwin y Stringer, con su Teoría de Clima Organizacional, se plantean nueve dimensiones que conforman dicho clima: Estructura, responsabilidad, recompensa, desafío, relaciones, cooperación, estándares, conflictos e identidad.

Según la Real Academia Española (RAE), percepción es la “sensación interior que resulta de una impresión material hecha en nuestros sentidos”. Por ello, cada aspecto de los citados son internalizados y percibidos por los empleados en forma diferente a lo que espera la empresa.

En la actualidad, en la que todo concepto, investigación, y cambio llega al mismo tiempo a directivos y trabajadores, una gestión responsable del capital humano debe estar enfocada en la gente.

El clima organizacional permite saber si la idiosincrasia y las prácticas de la organización tienen una percepción positiva o negativa en los empleados, si se consideran a sí mismos como espectadores apáticos o parte activa de los procesos organizacionales. Ante estas perspectivas, los empleados suelen unirlas con aspectos y deseos propios, que son muy complicados de conocer para la alta dirección si no es a través de una interpelación directa. Otra información de relevancia que puede surgir es la visión sobre la forma en que se plantea la relación estructural, vertical u horizontal, la opinión sobre su puesto de trabajo en relación a las funciones, autonomía que se le asigna y su compromiso con los objetivos de su puesto.

Y nada de esto puede estar desligado del concepto de liderazgo. Un buen clima laboral depende siempre de líderes cercanos, que motiven, formen equipos interdisciplinarios y que crean en la comunicación como eje principal de la relación con sus subordinados.

Con respecto a la medición del clima organizacional, la misma está muy ligada a la situación particular de cada empresa, y se podrá realizar a través de cuestionarios y sondeos para cada caso. Los rasgos generales que deben tener estos estudios son el análisis de dos grandes esferas: La de orientación a la persona y la de orientación a los resultados. No hay encuesta de clima efectiva sin acciones posteriores que mejorar y no hay sondeo de clima efectivo sin consideraciones sobre la realidad diaria del encuestado.

En conclusión, una visión global de la empresa es el de una pequeña familia conformada por miembros interrelacionados entre sí en un objetivo común que es el mismo de la organización. Es su actitud dinámica y en constante evolución lo que determina la permanencia de una empresa en un mercado de alta competencia. Es la actitud del líder horizontal lo que garantiza un clima organizacional positivo, que genera nuevas ideas y metas.

Fuente: Losrecursoshumanos.com

Pasos para recuperar la concentración

¿No prestas atención o no sabes cómo reordenarlo todo y volver a empezar? Quizás tu problema no sea poder concentrarte en un solo problema, sino saber en qué centrarte cuando realizas tu trabajo.

Son dos cosas distintas pero están relacionadas. Por una parte, la habilidad de enfocarte y sacar adelante las cosas, y por otro, el entender en qué tienes que concentrarte ¿El punto de conexión? Cuando no sabes lo que deseas, es complicado centrarse.

Cuanto más te concentras en un objetivo, más recursos y energía utiliza tu mente para detectarlo, pudiendo llegar a dominar tus pensamientos y a afectar a tu comportamiento ¿Cuál es el problema? Cuando escoges centrarte en un asunto que no te beneficia.

Si te enfocas en lo que te limita, tú mismo te limitas. Si te centras en que no entiendes en tu trabajo, menos espacio dejarás para entender lo demás. Si te concentras en tus falencias, en lo que te falta, (como talento, tiempo, dinero, etc.), comenzarás a encontrar pruebas de que es verdad y cada vez te esforzaras menos o dejarás de hacerlo. Si te centralizas en tus temores, cada vez verás más pruebas de que son realidad y no serás capaz de ver las oportunidades. Es así de simple.

Lo destacable es que dicho proceso funciona igual para las cosas positivas. Así que puedes elegir enfocarte en un tema que te beneficie, que te abra las puertas en lugar de cerrártelas.

Ante todo ello, ¿cómo podrías recuperar la concentración y centrarte en lo que más te beneficia, en lo que mejores resultados te va a dar? La coach Aida Baida Gil cita a la educadora Lynn Marie Sager con su libro “A river worth riding” y nos recomienda los siguientes pasos:
  1. Imaginar el futuro que quieres: Este es el principal problema. Necesitas una visión clara de lo que quieres para poder concentrarte y avanzar hacia el futuro. Para no salirte del camino, estancarte o malgastar tiempo y energía haciendo cosas que no te llevan a lo que tú deseas. “Hay una conexión entre saber lo que quieres y conseguir lo que quieres”, dice Sager.
  2. Identificar lo que te distrae: Debes identificar que te hace perder el camino. Para poder eliminar las distracciones que tanto te afectan debes identificarlas primero. Noticias negativas, rumores, gente complicada, preocupaciones, sentimientos negativos, etc. Cuando te sientas así, pregúntate a ti mismo que te hizo perder la concentración.
  3. Desarrollar la habilidad de concentrarte: La capacidad de enfocarte es una habilidad que puedes desarrollar con la meditación o con ciertas disciplinas que requieran concentración como yoga, bailar, escribir, practicar algún deporte, entre otros. Elige una alternativa y empieza.
La combinación de estos pasos te ayudará a mejorar tu capacidad para enfocarte y definir con claridad tus objetivos personales y profesionales. Si empleas tu tiempo en lo que quieres, empezarás a conseguir lo que tanto deseas ¿Te cuesta concentrarte o no has elegido bien en qué hacerlo?

Fuente: Gestiopolis.com

Mentalidad olímpica para emprendedores

Al igual que los mejores deportistas del mundo que compiten en los Juegos Olímpicos, necesitas tener tu mente en el juego cuando inicies un proyecto o planees una estrategia en tu trabajo. Michael Phelps, máximo ganador de medallas olímpicas en la historia con 22 preseas, es un digno ejemplo de imitar y adecuar a los negocios.

Ser mentalmente fuerte es muy importante para conseguir el éxito como el entrenamiento diario de un atleta. El ex jugador de tenis y entrenador psicológico Steve Siebold, quien trabajó con Andre Agassi, afirma que las mismas estrategias psicológicas que ayudan a los deportistas de alto rendimiento sobreponerse en los tiempos adversos pueden ayudar a los emprendedores a perseverar y convertirse en grandes empresarios.

Para no quedarte atrás, te damos a conocer tres estrategias para que puedas adoptarlas ahora mismo:

1. Recordar el por qué
Los mejores atletas no derraman sangre, sudor y lágrimas por el dinero, la fama y la gloria. De igual forma, muchos emprendedores no lanzan su proyecto sólo para hacer plata: Lo hacen porque creen en su idea de negocios y en su capacidad para volverla realidad. Cuando los riesgos de ser emprendedor parecen ser demasiados, debe reenfocar la razón por la que iniciaste tu proyecto. Debes sentir la misma energía que sentiste cuando comenzaste a crecer o cuando conseguiste a tu primer objetivo.

“Cuando estaba perdiendo en tenis, lo que me permitía seguir no era ganar o perder. Era el juego en sí. Los emprendedores que son exitosos son los que no se dejan vencer. Los que siguen despiertos a las 3 de la mañana pensando cómo mejorar su trabajo o cómo superar un obstáculo”, sugiere Siebold.

2. Debes ser una máquina de aprendizaje
Desde observar a tu competencia hasta leer libros sobre cómo mejorar tu técnica, los deportistas olímpicos tienen muchos deseos de obtener los conocimientos necesarios para ayudarles a ser los mejores. Los jefes necesitan tener apetito para recibir información que mejore su competitividad, recomienda Siebold.
Así como se estudia las acciones de la competencia, debes adquirir nuevas técnicas de marketing o de administración y estar al tanto de los nuevos desarrollos tecnológicos en tu sector.

“Cuando trabajaba con Agassi, le sugería que se moviera tres pulgadas en su posición, a pesar de que yo no era su entrenador de tenis. Pasábamos semanas hablando sobre ello, pero al final hizo el cambio y mejoró su juego. Si los emprendedores pusieran ese tipo de atención al detalle y mejoramiento continuo, e hicieran esos pequeños cambios, los resultados finales serían muy favorables”, explica el especialista.

3. Mantén la cabeza fría en los problemas
La competencia es una forma de conflicto. Todo deportista olímpico quiere ganar la medalla de oro, pero sólo uno será el vencedor. Esas peleas en el campo deportivo conducen al éxito a los atletas. Siebold afirma que es importante no evitar el conflicto en el trabajo, asumiendo que eres invencible. Ante ello, enfócate en tu habilidad de trabajarlo, sin dejar que tu ego o tus emociones se lleven lo mejor de tu persona.

“Una vez que empieces a creer que eres el mejor y que eres un genio es probable que no estés en lo cierto. Mejor mantente alerta y preparado, porque siempre hay un competidor que espera quitarte tu lugar”, indicó Siebold.

Si quieres llegar a ser como Michael Phelps pero en tu ‘cancha’, deberás comenzar con estas estrategias para conseguir la medalla de oro del éxito.

Fuente: Soyentrepreneur.com

¿Cómo adecuarse al cambio?

Hoy en día vivimos una constante revolución en lo que a herramientas se refiere, con respecto a la forma de interactuar con el mundo laboral. Ello conlleva ajustes y cambio en el mercado de trabajo y en sus relaciones con las organizaciones en la que todos los trabajadores, nos guste o no, nos veremos afectados. Si quereremos sobrellevarlo, debemos adaptarnos al cambio.

Las personas entre 50 y 60 años tendrán que hacer un esfuerzo extra para no quedarse colgados. Las generaciones más jóvenes están preparados a manejar los cambios con los ojos cerrados, porque han crecido con ellos y están acostumbrados a las actualizaciones que se producen constantemente y la puesta en marcha de nuevas aplicaciones, por lo que se adaptan de forma más fácil a lo nuevo y no les cuesta mucho esfuerzo.

Es obvio que las generaciones mayores ocupan los puestos de perfil medio y alto en las empresas porque cuentan con grandes cualidades y capacidades, demostradas a lo largo de toda su carrera profesional que los llevó a asumir puestos de gran responsabilidad. Sin embargo, crecieron con otras herramientas y recientemente se han incorporado al computador e Internet porque no se pueden quedar atrás. Aún les suena complicado hablarles de blogs, Twitter, redes sociales, Skype, etc. Lo que se requiere es que comiencen a adaptarse en este tipo de herramientas para seguir siendo competitivos en el mundo laboral en el corto plazo. Es un valor agregado en la actualidad.

El contar con muchos años de experiencia te ayuda a reaccionar a muchas situaciones en el campo laboral. No obstante, son personas de hábitos adquiridos, que les cuesta cambia por el miedo al cambio. Ahora, la interactuación y la colaboración son fundamentales, dejando en un segundo plano el trabajo individual.

Para ubicarnos en la realidad, en varias partes del mundo, en especial Europa, la crisis económica sigue golpeando. Las empresas tienen que prescindir de personal para que no se endeuden y no se salva nadie. No es de extrañar que ahora mismo abunden muchos directivos con gran experiencia que están buscando una nueva oportunidad laboral, con el problema de que la edad que ya es un handicap negativo para reincorporarse al mercado. Las organizaciones son reacias a incorporarlos. Así que habrá que darles razones para romper esos mitos y demostrar que se es capaz de evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos. Es momento de reinventarse con muchas ganas y empeño.

Los empleados experimentados son personas muy constantes, acostumbrados a esforzarse para conseguir todo porque no se les ha regalado nada y eso cuenta a su favor porque las nuevas generaciones, sin generalizar, suelen ser bastantes inconstantes porque tienden a comenzar muchas tareas pero de inmediato ‘tiran la toalla’. En ello, la juventud debería dar una vista hacia el pasado y aprender, sin dejar de poner la mirada hacia el futuro y los nuevos cambios que se vienen.

Fuente: Apuntesgestion.com