La importancia de emprender grandes retos, tomar riesgos y el coraje de iniciar proyectos. En pocas palabras, es el impulso emprendedor del ser humano. No obstante, también es relevante ser un empleado excelente. Un colaborador eficiente.
Ser empleado no es una maldición ni un defecto. Creo que sólo puede serlo cuando no disfrutamos lo que hacemos o cuando lo hacemos por simple inercia, sin dejar algo de nuestras neuronas en el proceso. El verdadero reto de un colaborador es convertirse en una persona con un nivel de ejecución excelente, pues en realidad todo empleado es un vendedor, pues si no convence a su jefe de que su trabajo es valioso, su final se acerca.
Han quedado atrás los tiempos en los que la mayoría desarrollaba su vida profesional en una sola empresa y en un mismo puesto o área. Ahora vemos que los trabajadores cambian de empleo con mayor frecuencia. Incluso dentro de una misma organización se espera que una persona pueda participar en diferentes proyectos simultáneamente, rindiendo cuentas o exigiéndolas a diferentes personas en cada uno de ellos. Por donde van pasando deben adquirir experiencia y agregar valor.
El perfil del empleado ideal exige ahora competencias y actitudes específicas que si no las desarrolla rotará constantemente de trabajo. No porque las diferentes compañías se peleen por él, sino porque desean deshacerse de sus servicios.
Rafael Ayala, Director General de la consultora mexicana Efectividad Humana, nos brinda algunos puntos importantes que todo empleado debe tomar en cuenta para convertirse en una fuente de valor para su organización:
1. Capacitarse y autocapacitarse
Los tiempos actuales requieren que todo profesional se encuentre en constante actualización. El desarrollo tecnológico ha facilitado de tal manera la generación de tantos avances y conocimiento que quien no se mantenga a la vanguardia y aprendiendo estará fuera de mercado en menos de lo que imagina.
2. Saber relacionarse
Ahora más que nunca los trabajadores requieren desarrollar sus habilidades relacionales, pues muchas de sus funciones y responsabilidades se tratan justo de lograr resultados a través de otras personas. Esto implica un alto manejo de destrezas para comunicarse y tratar con los demás.
3. Olvidarse del horario
¿De qué sirve que una persona pase ocho o más horas en una oficina si no da los resultados o resuelve lo que debe atender? Las funciones profesionales actuales se realizan cada vez más desde lugares remotos, ya sea la oficina de un cliente, nuestra casa, un avión, un camión o diferentes lugares dentro de la empresa. En estos casos el horario no es lo importante sino el desempeño y los resultados obtenidos.
4. Pensar como jefe y como cliente
El empleado que sólo piensa como tal, no prosperará. Necesitamos analizar nuestro desempeño y decisiones desde la perspectiva de nuestros clientes internos y externos. Un colaborador que piensa y actúa con base en perspectivas de jefe y cliente pronto encontrará el éxito dentro de su organización.
5. Tener sentido de urgencia
Postergar es una de las actividades que más suelen dañar el desempeño de una empresa. Para evitar postergar es importante tomar decisiones sobre lo que tenemos facultad. Evitar citar a reuniones para todo e intentar resolver lo más posible en charlas uno a uno con las personas adecuadas. Las reuniones sólo deberían realizarse cuando es indispensable contar con las aportaciones de personas de diferentes áreas o niveles de la empresa.
Además de estos cinco puntos, los resultados y el buen desempeño son los factores clave para convencer a nuestros colaboradores, clientes y jefes, de que contar con nuestro trabajo.
Fuente: Gestiopolis
Ser empleado no es una maldición ni un defecto. Creo que sólo puede serlo cuando no disfrutamos lo que hacemos o cuando lo hacemos por simple inercia, sin dejar algo de nuestras neuronas en el proceso. El verdadero reto de un colaborador es convertirse en una persona con un nivel de ejecución excelente, pues en realidad todo empleado es un vendedor, pues si no convence a su jefe de que su trabajo es valioso, su final se acerca.
Han quedado atrás los tiempos en los que la mayoría desarrollaba su vida profesional en una sola empresa y en un mismo puesto o área. Ahora vemos que los trabajadores cambian de empleo con mayor frecuencia. Incluso dentro de una misma organización se espera que una persona pueda participar en diferentes proyectos simultáneamente, rindiendo cuentas o exigiéndolas a diferentes personas en cada uno de ellos. Por donde van pasando deben adquirir experiencia y agregar valor.
El perfil del empleado ideal exige ahora competencias y actitudes específicas que si no las desarrolla rotará constantemente de trabajo. No porque las diferentes compañías se peleen por él, sino porque desean deshacerse de sus servicios.
Rafael Ayala, Director General de la consultora mexicana Efectividad Humana, nos brinda algunos puntos importantes que todo empleado debe tomar en cuenta para convertirse en una fuente de valor para su organización:
1. Capacitarse y autocapacitarse
Los tiempos actuales requieren que todo profesional se encuentre en constante actualización. El desarrollo tecnológico ha facilitado de tal manera la generación de tantos avances y conocimiento que quien no se mantenga a la vanguardia y aprendiendo estará fuera de mercado en menos de lo que imagina.
2. Saber relacionarse
Ahora más que nunca los trabajadores requieren desarrollar sus habilidades relacionales, pues muchas de sus funciones y responsabilidades se tratan justo de lograr resultados a través de otras personas. Esto implica un alto manejo de destrezas para comunicarse y tratar con los demás.
3. Olvidarse del horario
¿De qué sirve que una persona pase ocho o más horas en una oficina si no da los resultados o resuelve lo que debe atender? Las funciones profesionales actuales se realizan cada vez más desde lugares remotos, ya sea la oficina de un cliente, nuestra casa, un avión, un camión o diferentes lugares dentro de la empresa. En estos casos el horario no es lo importante sino el desempeño y los resultados obtenidos.
4. Pensar como jefe y como cliente
El empleado que sólo piensa como tal, no prosperará. Necesitamos analizar nuestro desempeño y decisiones desde la perspectiva de nuestros clientes internos y externos. Un colaborador que piensa y actúa con base en perspectivas de jefe y cliente pronto encontrará el éxito dentro de su organización.
5. Tener sentido de urgencia
Postergar es una de las actividades que más suelen dañar el desempeño de una empresa. Para evitar postergar es importante tomar decisiones sobre lo que tenemos facultad. Evitar citar a reuniones para todo e intentar resolver lo más posible en charlas uno a uno con las personas adecuadas. Las reuniones sólo deberían realizarse cuando es indispensable contar con las aportaciones de personas de diferentes áreas o niveles de la empresa.
Además de estos cinco puntos, los resultados y el buen desempeño son los factores clave para convencer a nuestros colaboradores, clientes y jefes, de que contar con nuestro trabajo.
Fuente: Gestiopolis