Existe el mito de las personas que son un “imán” para los problemas en una organización. Otros se sienten pocos afortunados por las reducidas eventualidades que se les presenta. Pero todo obedece a la eventualidad de las situaciones de la vida y también a nuestra capacidad, creencias y paradigmas que enfrentar de forma exitosa.
Sobre la presente disyuntiva, Jaime Mora, experto en Crecimiento Personal, Organizacional y Emprendimiento, nos brinda los siguientes pasos para enfrentar los problemas y emprender los procesos de cambio que sean necesarios. Dicha secuencia requiere un punto de inflexión. Sin tu propia habilidad sería imposible obtener resultados exitosos.
Si llegas a cumplir estos pasos con eficacia, podrás enfrentar el cambio tanto empresarial como personal:
- Visualizar: Con la sola experiencia del acontecer diario, seguro lograremos identificar los problemas mientras estos ocurren o, de preferencia antes de su aparición.
- Tranquilidad: No se debe uno ahogar en la dificultad y ansiedad. Tener la calma necesario para no caer en pánico psicológico. Debes tranquilizarte para enfrentar mejor tu manera de actuar.
- Analizar: Debes contraponer tus problemas con tus reales posibilidades de poder resolverlos. Por ejemplo, determina si los recursos de tu empresa son los suficientes en cantidad y calidad para resolver cualquier vicisitud.
- Reconocer: Aquí está en punto de inflexión. Si entre tus herramientas no cuentas con los recursos adecuados, debes admitir esa debilidad porque al reconocerlo aceptaremos la necesidad de búsqueda y formación, lo que nos abre hacia el crecimiento continuo.
- Reflexionar: La mente es capaz de facilitar el cambio personal. Enfócate en ello. Rememora todos los procesos exitosos, los logros alcanzados y confía en la grandeza de tu persona.
- Plan de acción: En todo proceso de cambio es necesario elaborar un plan de acuerdo a las necesidades, una herramienta con los tiempos y acciones detalladas para impulsar el potencial de los recursos humanos.
- Ejecutar: Para implementar nuevos hábitos requiere acción, práctica y tiempo. Debes tener compromiso y ser paciente en el tiempo hasta alcanzar el objetivo. Apoyarte en tu mente es vital. De ahí nace la autoconfianza, pilar fundamental de la autoestima y condición básica para emprender acciones de manera perseverante y sostenida.
- Aplicar emociones positivas: La mente controla las emociones y para emprender un proceso de cambio es necesario que nos embargue sentimientos positivos. De lo contrario, poco se podrá avanzar. En la relación mente-emoción reposa el autoconvencimiento. Es decir, la convicción de uno mismo para cambiar. Si no hay convicción, es difícil cambiar.
- Estructura: Debes contar con una red de apoyo para poder motivar la mejora a través del reconocimiento permanente. Así comprenderás tus dificultades y podrás reconocer tus debilidades apenas se presentan.
Es fundamental reflexionar profundamente para ubicar nuestras debilidades y concluir que se requieres de un cambio. Debes tener en cuenta las siguientes preguntas: ¿Qué debo cambiar?, ¿Por qué debo cambiar? ¿Qué beneficios conseguiré si cambio? ¿Qué perjuicio obtendré si no cambio?
El cambio se presenta constantemente en la vida. Queda en cada uno reconocer las herramientas, habilidades y estrategias necesarias para que se resuelvan las debilidades y dificultades que se presentan. Solo así conseguirás el crecimiento continuo.
Fuente: Gestiopolis.com
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