A raíz del escándalo que ha generado la solicitud que le hicieran algunos medios de comunicación a los Congresistas para que “rindan cuentas” sobre sus gastos y, fundamentalmente, por el calibre y tipo de respuestas que me atrevo a escribir sobre un tema tan sencillo y tan simple como es el “reportar”.
Según la Real Academia de la Lengua, reportar es el hecho de transmitir, comunicar, dar noticia. Es decir, se refiere al principio de rendir cuentas, comentar y dar explicaciones. En toda organización, sea ésta jerárquica, heterojerárquica, horizontal o cómo se quiera, en todo momento se rinden cuentas. Se reportan entre sus integrantes (internos y externos) sobre las novedades, noticias, hechos de importancia, gastos, etc. Se reporta a los jefes, a los colaboradores, a los clientes.
Reportar sirve, en toda organización, para contribuir, aclarar y desarrollar sinergias. Sirve para reorientar, dirigir, encauzar, sirve para controlar y ser controlado. El reportar debe ser proactivo más que reactivo. Comunicar y rendir cuentas genera transparencia y con el tiempo confianza.
¿Con qué frecuencia reporta usted a su jefe, sus clientes, sus colaboradores, sobre hechos de importancia, novedades, gastos, problemas, sucesos? Seguramente lo haga con cierta regularidad, ¿No? Entonces, ¿Por qué es para nuestros Congresistas toda una cuestión de estado reportar y rendir cuentas sobre sus gastos? ¿Acaso no se dan cuenta que están destruyendo su credibilidad, enturbiando cualquier esperanza de transparencia y, por ende, destruyendo la poca confianza que la población les tiene?
Algunas reflexiones:
- Reportar es saludable para toda organización. Permite que la información fluya, se comparte y se difunda.
- Si en su organización no existe un sistema formal de reporte preocúpese por informar. No sólo construirá y generará confianza sino que le da la oportunidad de también solicitar información.
- No crea en el paradigma de nuestros Congresistas que piensan que por ostentar un cargo público o una “alta jerarquía” no tienen que reportar. Esa creencia o paradigma que uno reporta a su jefe o superior ha quedado obsoleto. Recuerde que el puesto de “jefe máximo” se lo luchan sus clientes y su conciencia.
0 comentarios:
Publicar un comentario