Buscando información sobre comportamientos de trabajadores en su centro de labores encontré un extracto de un estudio realizado por la consultora europea Otto Walter sobre los llamados “trabajadores tóxicos”. El estudio agrupa a este tipo de empleados en 7 grandes categorías y los cataloga como “los más difíciles de dirigir para cualquier jefe”. Lea las siguientes líneas porque probablemente en más de una ocasión se haya encontrado con uno. Sólo espero que ninguno se sienta parte de alguna categoría.
Conflictivos: Aquellos que contaminan el clima laboral a propósito, critican siempre a los demás siendo incapaces de ver sus propias carencias, cuestionan todas las decisiones, se quejan por todo continuamente. Buscan siempre culpables, airean problemas del área/departamento con terceros, manipulan a los compañeros más débiles para ponerlos en contra de los demás, buscan siempre sentido negativo a todo, guardan sus conocimientos o la información de que disponen, etc.
Holgazanes: Los de la “ley del menor esfuerzo”, que hacen lo mínimo y evitan las responsabilidades de su puesto. Se caracterizan por sólo hacer el trabajo que les gusta y dejar el resto para los demás, por pasarle a los compañeros tareas que les corresponden a ellos, por estar muchas horas en la oficina pero sin hacer nada. Son en esencia verdaderos artistas en lograr que los demás les hagan su trabajo.
Incompetentes: Realizan mal las tareas encomendadas, son desordenados e irresponsables. Se caracterizan por hacer las cosas torpemente de forma que los demás deban hacer su trabajo, por interpretar siempre de forma errónea las instrucciones que se le dan, terminar los trabajos de cualquier manera, son fanáticos del “así no más”.
Fraudulentos: Son los que acusan falsamente sin pruebas y con intención de hacer daño, falsifican documentos e informes, roban, cometen fraudes. Son aquellos que se quedan con dinero de la compañía después de un viaje por trabajo, usan desmesuradamente la tarjeta de la compañía para fines personales, engañan y manipulan la verdad con intereses individuales, hacen descuentos irregulares a amigos, etc.
“Gasta tiempo”: Son aquellos empleados que pierden el tiempo intencionadamente. Son los que faltan al trabajo frecuentemente, o están en el trabajo pero atendiendo asuntos personales, incumplen los horarios, navegan por Internet para asuntos personales en horario de trabajo, charlan en exceso con los compañeros no trabajando ni dejando trabajar, etc.
“Anti-jefe”: Se caracterizan por tratar de desacreditar al jefe delante de otros compañeros, son envidiosos con su jefe, lo utilizan como escudo para eludir responsabilidades, culpan al jefe de lo que hacen mal los empleados, generan prejuicios contra los jefes en general, se toman las indicaciones de los jefes como algo personal dificultando la comunicación, se “saltan” al jefe con mala intención, etc.
Arrogantes: Los “sabelotodo” de la oficina. Se comportan con superioridad y arrogancia, creen que ya lo saben todo, se apropian de “medallas” o méritos ajenos, actúan como si sus funciones fueran las más importantes de la empresa, son soberbios, nunca se equivocan y la única opinión que cuenta es la de ellos.
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